La familia de Chloe Dunstan podía parecer perfecta. Un marido fiel y cariñoso, tres hijos a los que dar todo su amor, juventud y una buena posición económica. Pero, algo faltaba, más bien, alguien. Así es, la sonrisa de una niña…Impulsados por ese deseo, los padres comenzaron a buscar a su cuarto bebé, con la esperanza de que fuera una tierna pequeñita. Al poco tiempo, Chloe volvió a embarazarse.
Pero, la noticia que la madre recibiría un par de semanas después, sería impactante. Una revisión médica arrojó luz al asunto, lo que estaba gestándose era nada más y nada menos que ¡Trillizos!
Esta buena nueva automáticamente emocionó a la afortunada pareja, pero eso no eliminó su preocupación. Debían atender cada detalle antes de recibir a tres nuevos chicos en casa.
Además, este tipo de embarazo no es sencillo.
Chloe y su esposo tendrían una noticia desgarradora muy pronto. En la semana 28 de gestación, los médicos tuvieron que hablar seriamente.
El vientre de la mamá llevaba en él una niña y dos varones. Pero, desafortunadamente, habría complicaciones. Si bien los niños crecían sanos, la pequeña empeoraba cada vez más.
Si se intervenía el embarazo para asegurar la supervivencia de la hija, el riesgo para los dos hijos y la propia madre sería muy grande.
Una encrucijada de las peores que podría enfrentar una mujer. ¿Sacrificar a su hija por el bien de los otros dos niños? ¿O arriesgar la vida de los tres y la suya misma, con esperanza de algo mejor?
Para Chloe, la respuesta estaba bastante clara. Ella quería a todos sus bebés juntos, y haría lo posible por tenerlos. Investigó, pensó y repensó la situación junto a su marido. Si durante 28 semanas la niña había luchado y sobrevivido, no existía otro título más adecuado que el de “guerrera”. Y, siguiéndola, todos lucharían para terminar el embarazo con salud y bienestar.
Increíblemente, incluso ante un problema tan grave, la decisión de madre, el instinto de madre tuvo razón. Los tres hijos nacieron bien, y fueron automáticamente trasladados a la unidad de cuidados intensivos. Mientras pasaban los días, cada uno de los luchadores iba mejorando más y más su salud. Atraparon la vida.
Pearl, como se llamó la pequeñita, tuvo unos primeros momentos complicados, pero estaba soportando.
¿Desenlace? El más bonito. Los tres salieron adelante, para convertirse en chicos sanos, fuertes y amorosos con su madre
Es una situación muy complicada porque no estaba solo poniendo su vida en peligro sino también la de los otros bebé pero gracias a Dios que no sacrifico a ninguno es algo digno de admirar…no todo el mundo se arriesgaría la vida de sus demas hijos…