Los concursos de talentos de la televisión siempre nos dejan momentos inolvidables. No hay cosa más inspiradora que la gente que pelea por sus sueños, por perfeccionarse en el área que le guste.
Los concursantes que se quedan en nuestro corazón, son los que ponen empeño, los que tienen amor verdadero por lo que hacen.
Esta es una inspiradora historia, donde la protagonista es una adolescente de Rumania. Se trata de Alberta Mosnegutu, quien a sus catorce años accedió a Romania’s Got Talent, reconocido modelo de programa en todos los países. Todo en compañía de su madre adoptiva. Su nombre artístico es Lorelai Mosnegutu.
Lorelai tuvo una vida realmente difícil. Nació sin brazos y sin fémur. Los médicos le dieron poco tiempo de vida, quizá menos de una semana. Sus padres la abandonaron, pero fue Verónica quien decidió hacerse cargo.
Al medio año de vida de la niña, su nueva mamá le puso un lápiz en sus pies para que los ejercitara. El aprendizaje de Lorelai fue extremadamente difícil, le costó hablar y desplazarse, pero Verónica jamás se dio por vencido con su hija adoptiva.
Todo este amor da resultados ahora, ya que Lorelai se volvió mundialmente conocida por su gran capacidad para el canto y para tocar el piano.
Los jueces no podían creerlo, Lorelei tocaría el piano usando sus pies.
Subida a una rampa con el piano, empezó a emocionar a todos.
Tanto el público como el jurado quedaron pasmados. No solo era muy buena tocando el piano, sino que cantaba hermoso.
No había nadie que no estuviera conmovido. La gente tenía los ojos llenos de lágrimas, estaban sin palabras.
Al momento de votar, una de las mujeres del jurado tocó el botón de oro. Cada juez puede tocar este botón solo una vez en toda la temporada, porque pasa al concursante directamente a la semifinal.
Mihaela (la juez), aseguró que sus rodillas temblaban. Empezó a llorar sin parar, y fue a abrazarla.
Lorelai no solo se ganó al jurado, también tuvo el amor del público. Ganó el programa y recibió su premio un 2 de junio, mismo día en que la habían adoptado. Definitivamente el destino le sonríe.
Para esta chica, su misión es hacer feliz a la gente, cantando y tocando música. Si cae diez veces, se levantará otras veinte.